miércoles, 18 de enero de 2017
martes, 17 de enero de 2017
lunes, 16 de enero de 2017
viernes, 13 de enero de 2017
jueves, 12 de enero de 2017
Cuento:Las nueces del bosque magico :)
Se aproximaba la Navidad en Bosque Mágico y sus habitantes, entre ellos una ardilla muy simpática y trabajadora, continuaban entre tanto con sus vidas como de costumbre. Y tanto había trabajado esta ardilla que, aún no había llegado el invierno más duro y frío, y ya tenía toda su casa repleta de nueces; tantas, que apenas se podía mover. Y en estas pensó que algo tendría que hacer con tantas nueces.
Dando vueltas y vueltas a su pequeña cabeza, la ardilla pronto dio con lo que parecía que podía ser una buena solución: ¡hacer juguetes con las nueces! El caso es que en el Bosque Mágico todos no eran igual de previsores que esta ardillita, y a muchos les sobrevenía el invierno y la Navidad sin haber realizado los encargos pertinentes a Papá Noel. ¡Imaginaos el desastre! Porque en el Bosque Mágico, además, tiende a ser frecuente la nieve, lo que dificulta la posibilidad de salir corriendo en busca de algún detalle de última hora.
A todo esto se sumaba el que nuestra ardilla ya tenía experiencia en el tema de fabricar juguetes con materiales de la naturaleza, como por ejemplo había hecho con los montones de hojas secas que se arremolinaban sobre su puerta en más de una ocasión.
El empeño que ponía la señora ardilla en todo cuanto hacía permitió que, en pocas horas, tuviera terminadas varias muñecas hechas a base de nueces. Un poco de pegamento por aquí…y un poco de pintura por allá…obraron el milagro. ¡Eran unas muñecas preciosas! Y viendo los buenos resultados la ardilla no dudó en continuar haciendo más muñecas y peluches con ayuda de sus nueces, puesto que aún quedaban algunos días para Navidad.
Finalmente, ya en vísperas de la noche de Nochebuena, la ardilla dio su tarea por terminada y, aunque se encontraba bastante cansada no podía estar más contenta con su labor. Y ni corta ni perezosa acudió a la plaza del Bosque Mágico para colocar todos sus juguetes confeccionados con nueces bajo el gran árbol de Navidad que todos los animales colocaban y adornaban con mimo a primeros del mes de Diciembre.
¡Ojalá pronto vea estos juguetes alguien y se lleve uno a su hogar!- Decía para sí misma la ardilla mientras contemplaba los regalos envueltos bajo el gran árbol.
Tras aquellas palabras, y cubierta con un fuerte halo de ilusión, la ardilla emprendió de nuevo el camino hacia su casa. Allí, más tranquila y pausada, fue consciente de que con todos aquellos juguetes había terminado con las nueces que tanto esfuerzo le había costado recolectar durante el año. Y a pesar de ello, la señora ardilla no se lamentó ni arrepintió ni un segundo de su acción.
En la mañana de Navidad la ardilla corrió hacia la ventana de su calentito salón, desde la cual podía contemplarse a lo lejos el gran árbol de la plaza, y pudo entonces ver con emoción como un montón de animalitos del Bosque Mágico se arremolinaban en torno al árbol dando saltos de alegría. El vacío de su despensa no llegó ni a aproximarse en importancia entonces a la alegría que llenaba por completo su corazón.
La señora ardilla fue muy feliz aquella Navidad pensando que había conseguido con su esfuerzo repartir alegría e ilusión entre los menos afortunados que, agradecidos, fueron invitando a su mesa, uno por uno, a la señora ardilla durante todo el año.
miércoles, 11 de enero de 2017
Cuento:Los 2 hermanos. :)
En cierta ocasión, existieron dos hermanitos que tenían la desgracia de vivir sin madre ni padre, en compañía tan solo de una extraña y desagradable niñera. Una noche, los hermanos decidieron escaparse de la casa en la que vivían en busca de una vida mejor, hartos como estaban de aguantar los reproches y enfados de aquella mujer.
¡Vámonos, hermanito! ¡Y no temas, que todo saldrá bien! – dijo la niña cariñosamente dirigiéndose al pequeño.
Cuando la niñera de los hermanitos se dio cuenta de que habían escapado decidió, con ayuda de sus poderes, realizar un encantamiento sobre todas las fuentes y riachuelos del bosque, sabedora de que los niños en su fuga se verían obligados a beber. «Cuando hayan bebido se convertirán en fieros animales salvajes y desearán no haberme abandonado», pensó la niñera, cuya verdadera identidad se aproximaba más a la brujería y el mundo de los hechizos.
Casualmente, un conejito que paseaba por las cercanías de aquella casa, escuchó el malvado plan de la niñera, y ni corto ni perezoso emprendió de nuevo el camino hacia el bosque en busca de los pequeños para poder prevenirles.
¡No bebáis agua de las fuentes ni riachuelos del bosque!- gritó el conejo exhausto por la rapidez con la cual había realizado el camino.
Pero era demasiado tarde y el niño, no pudiendo aguantar la sed que le había producido el camino, ya había bebido de una irresistible fuente de agua cristalina, convirtiéndose tras ello en un precioso y bonachón cervatillo ante la sorpresa de su inseparable hermana.
¡Oh, es terrible!- se lamentó la niña-. Ahora tendrás que irte de mi lado para siempre y no podremos estar juntos.
No temas, hermana mía, que pase lo que pase jamás me separaré de ti- respondió el niño convertido ahora en cervatillo.
Y tras esto, estuvieron los pequeños viviendo en una cabaña abandonada del bosque durante varios meses. Hasta que un día, el cervatillo escuchó pasos y voces extrañas en las cercanías de la cabaña, y poco después, casi frente a sus ojos, observó a una entrañable y dulce pareja que parecía tener noticas de la presencia de su hermana en la cabaña, a la cual se dirigían.
¡Es una niña! – exclamó la mujer del matrimonio asombrada.
Y tras prepararle un chocolate caliente, la niña confesó a la pareja su situación.
Al cabo de un tiempo, la niña era casi completamente feliz al lado de aquellos nuevos padres que se deshacían en bondad con ella. Sin embargo, la felicidad de la pequeña no era plena, ya que sufría terriblemente por la ausencia de su hermano. Su hermano, por su parte, bajo el juramento de no abandonarla jamás, merodeaba a diario por las cercanías de la casa de campo de sus nuevos padres, y jugaba con los animales que vivían por allí.
Pero la malvada niñera, que tampoco le había perdido el rastro a la muchacha, decidió convertirse en pájaro para atrapar a la niña y acabar con su bienestar y su nueva felicidad:
¡Ja, ja, ja, ja!- exclamó- ¡Te encerraré en una cueva en la cual tus padres no te encontrarán jamás!
El cervatillo, que fue testigo de aquella terrible crueldad, persiguió al pájaro hasta la cueva, de la cual sacaría a su hermana un día después en compañía de sus amistades del bosque. La niñera, preparada para atacar de nuevo contra los hermanos, fue a parar por error al salto de un río, y nada más se supo de ella, salvo que fue arrastrada muy lejos por la fuerte corriente del caudal.
Al desaparecer la hechicera, el cervatillo se convirtió otra vez en niño y pudo volver al lado de su hermana y de sus nuevos padres, que se emocionaron mucho con la llegada de un nuevo miembro a su hogar.
¡Ahora sí que soy completamente feliz! – exclamó la niña abrazándose efusivamente a su hermanito.
Y sus padres también lo fueron, ya que se dice que aquellos niños, eran los más buenos del mundo.
lunes, 9 de enero de 2017
Marilú Ferro En mi jardin🌷🌷
En mi jardín vive un árbol
repleto de hojas, gigante,🌹🌹🌷🌷
veo que toca las nubes
es, de todos, el más grande.
Me gusta ir a visitarlo,
junto a su tronco sentarme.
Si le hablo de mis cosas
yo sé que puede escucharme.
Tía Alicia dice que es sabio
será por eso que cuando
le cuento algo muy alegre
mueve sus ramas (¿o brazos?).
Y si algo me pone triste
o si estoy muy enojada
me acuna bajo su sombra...
hasta que todo se pasa.
En mi jardín vive un árbol
con hojas de un verde vivo
puedes creerme, es uno
de mis mejores amigos.
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