Este cuento pertenece a una Antología de Cuentos Mexicanos llamados: Cuentos de Pascuala-.
De la autora mexicana: Pascuala Corona.
La memoria me falla puesto que los leí cuando tenia cinco años, aprendí a leer por el amor a ese enorme libro que de alguna manera llegó a mi hogar en El Salvador.
Amo cada cuento, he logrado encontrar solo tres, aquí les comparto uno y en otros post el resto.
Si algún docente de México puede hacerme llegar el resto de cuentos, le agradecería muchísimo, mi niña interior y Yo estaremos felices.
La reina mora.
Había un rey que tenía un hijo, y cuando éste llegó a la edad casadera, dijo a sus padres: - Quiero casarme con la mujer más hermosa del mundo.
Así es que voy a recorrer el mundo entero hasta encontrarla. Salío del palacio y caminó hasta que llegó a una fuente en donde se detuvo a tomar a gua. Al inclinarse a beber el agua, vio que ahí se reflejaban tres naranjas, alzó la vista y notó que de un frondoso naranjo pendían tres grandes y hermosas naranjas. - Que sabrosas se ven, dijo el príncipe, y diciendo y haciendo, subió al árbol y cortó las tres preciosas naranjas. Partió la primera, y como por encanto, salió del corazón de aquella naranja una joven muy hermosa, quien al ver al príncipe le dijo: - Dame pan. - No puedo, contesto él, -porque no tengo. - Entonces a mi naranja me vuelvo, dijo la joven, y desapareciéndose, la naranja quedó intacta. Partió el príncipe otra naranja y de la fruta salió otra joven mucho más hermosa que la primera. - Dame pan, le dijo al príncipe. - No puedo, porque no tengo, le contestó. - Entonces a mi naranja me vuelvo. La naranja se cerró y quedó como antes. Se quendó pensativo el príncipe y decidiose ir a conseguir pan por se de la última naranja otra joven aun más hermosa, pidiéndole pan.
Así pensaba el joven, cuando acertó pasar por allí un gitano en su coche. - Amigo, le gritó el príncipe, - te doy una moneda de oro se me das un pedazo de pan. Apresurose a bajar del coche el gitano y corriendo le llevó el pan al príncipe. El príncipe ya contento y satisfecho, partió la tercer naranja y tal como lo había pensado, del corazón de la fruta saltó una joven muchísimo más hermosa que las dos anteriores. - Dame pan, le dijo ésta. El príncipe gustoso le dio pan a la joven quien luego le dijo: - Ahora, te pertenezco, puedes hacer de mi lo que quieras. - Contigo me caso, le dijo el príncipe. Como la joven no tenía vestido, el príncipe quería vestirla para poder llevársela a su palacio. Dio un vistazo a la ropa del gitano que aun permanecía allí, pero notó que aquellas prendas estaban muy sucias. El príncipe entonces le dijo a la joven: - Quédate aquí con este gitano mientras voy a traerte ropa. El gitano tenía una hija que viajaba con él en el coche, pero que habiéndose quedado dormida no se dio cuenta de lo que cuando llegaron al lugar sucedió con el príncipe, ni que había pasado. Despertose en el momento en que el príncipe se alejaba en su caballo, y al verlo se enamoró de él. Bajó luego del coche la gitana y fue a preguntar a su padre que ocurría. Este le contó lo sucedido.
La gitana viendo a la joven le dijo: - Déjame peinarte para que estés más bonita cuando regrese el príncipe. Consintió la joven, y mientras la gitana peinaba su hermosa cabellera sintió que esta le clavaba un alfiler en la cabeza. Al momento la dama de la naranja se volvió paloma. La gitana entonces se quitó la ropa y se colocó en el sitio donde había estado la joven.
Regresó el príncipe y cuando vio a la gitana le dijo: - Señora, ¡cómo te has puesto negra! La gitana le contestó: - Es que me ha quemado mucho el sol. El príncipe creyendo que era la misma joven de la naranja, se llevó a la gitana a su palacio y se casó con ella. Un día llegó una palomita al jardín del rey y le dijo al jardinero: - Jardinerito del rey ¿cómo esta el príncipe con su mujer? - Unas veces canta, pero más veces llora, - contestó el jardinero.
Todos los días llegaba la palomita al jardín y le hacía la misma pregunta al jardinero, hasta que éste contó lo sucedido al príncipe. El príncipe dio orden al jardinero para que atrapara la palomita cuando regresara. El jardinero untó de goma el árbol donde diariamente se posaba la palomita y cuando ésta hizo su visita diaria, al querer emprender el vuelo quedó pegada al árbol pudiéndola coger el jardinero fácilmente y llevársela al príncipe. El príncipe se enamoró de la palomita.
La cogió con cariño y al estarle acariciando la cabecita encontró el alfiler que tenía clavado y se lo sacó al momento. Inmediatamente la palomita se convirtió en la bella dama de la naranja. La hermosa joven le contó su aventura al príncipe, y entrando los dos al palacio le comunicaron lo sucedido al rey. El rey indignado dio órdenes para que inmediatamente quemaran a la gitana, y el príncipe y la dama de la naranja se casaron y vivieron muy felices.
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