El lobo se comía
la cabra por merienda;
se le atravesó un hueso: con él está en contienda;
estaba para ahogarse y pedía, a sabiendas,
cirujanos y médicos: quería hacer enmienda.
Prometió al que curase tesoro y gran riqueza,
vino la grulla a él de lo alto de la alteza,
el hueso con el pico sacó con sutileza:
el lobo quedó sano; comía sin pereza.
Dijo la grulla al lobo le quisiese pagar;
el lobo dijo: "¡Cómo!, ¿no pudiera tragar
tu cuello con mis dientes, si quisiera apretar?
Pues séate soldada no quererte matar."
Esto mismo haces tú ahora que estás lleno
de pan y de dineros robados de lo ajeno;
no quieres dar al pobre un poco de centeno,
y así te secarás como rocío y heno.
El hacer bien al malo en nada te aprovecha;
hombre que no agradece el favor nunca pecha;
el buen conocimiento el mal hombre desecha:
el bien que se le hace dice es cosa derecha.
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