lunes, 20 de octubre de 2014

Se mato un tomate






SE MATÓ UN TOMATE
¡Ay! ¡Qué disparate!
¡Se mató un tomate!
¿Quieren que les cuente?
Se arrojó de la fuente
sobre la ensalada
recién preparada.
Su rojo vestido
todo descosido,
cayó haciendo arrugas
al mar de lechugas.
Su amigo Zapallo
corrió como un rayo
pidiendo de urgencia
por una asistencia.
Vino el doctor Ajo
y remedios trajo.
llamó a la carrera
a Sal, la enfermera.
Después de sacarlo
quisieron salvarlo
pero no hubo caso:
¡Estaba en pedazos!
Preparó el entierro
la agencia “Los Puerros”.
Y fue mucha gente...
¿Quieren que les cuente?
Llegó muy doliente
Papa, el presidente
del Club de Verduras,
para dar lectura
de un “Verso al tomate”
(otro disparate)
mientras, de perfil,
el gran Perejil
hablaba bajito
con un rabanito.
También el Laurel
(de luna de miel
con Doña Nabiza)
regresó de prisa
en su nuevo yate
por ver al tomate.
Acaba la historia:
Ocho zanahorias
y un alcaucil viejo
formaron cortejo
con diez berenjenas
de verdes melenas, sobre una carroza
bordada con rosas.
Choclos musiqueros
con negros sombreros
tocaron violines
quenas y flautines,
y dos ajíes sordos
y espárragos gordos
con negras camisas,
cantaron la misa.
El diario espinaca
la noticia saca:
-Hoy, ¡qué disparate!
¡se mató un tomate!-
Al leer, la cebolla
lloraba en su olla.
Una remolacha
se puso borracha.
-¡Me importa un comino!
dijo Don Pepino...
y no habló la acelga
(estaba de huelga)
(Elsa Isabel Bornemann)

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